En 1985, Bioy Casares contaba ya con setenta años cuando publicó una de sus mejores novelas: La Aventura de un Fotógrafo en la Plata.
"Alrededor de las cinco, después de un viaje en ómnibus, tan largo como la noche, Nicolasito Almanza llegó a La Plata. A pocos minutos de su llegada, Almanza se encuentra con una extraña familia, compuesta por Juan Lombardo, el padre, sus dos hijas, Julia y Griselda, la prole de Griselda, una niña de cuatro años y un bebé. De alguna manera, el encuentro casual con esta familia prefigura el desenlace de los siguientes capítulos de la novela, que a medida que la trama va avanzando se tornan y tornan más descabellados".